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Composiciones de Rafael Menero
Variaciones sobre el Victimae paschali y el Ite, Missa est
(Interpretadas por Adalberto Martínez Solaesa en el órgano de la Catedral de Málaga)

La "variación" es una forma de componer en la que una melodía conocida recibe distintos tratamientos armónicos y rítmicos. Es como si contempláramos un mismo paisaje a diversas horas del día: cambia la luz, varía el tono de los colores que lo encienden, y también el ánimo va cambiando en los distintos momentos de esa contemplación. En el caso de las "Variaciones sobre el Victimae paschali y el Ite, Missa est", las melodías gregorianas están presentes, hermosas y reconocibles, en sus "variadas" presentaciones. Al transponerlas a "música figurada", pierden, es verdad, el sutil ritmo interno propio del canto gregoriano y adquieren una cierta rigidez; pero, al menos en la intención del compositor, la melodía queda iluminada con luces distintas, armonías diversas, que tratan de traducir lo que, en último término, está ya contenido en esas mismas melodías: ese íntimo secreto, que llega a conmovernos por diversos caminos. Rafael Manero.

 

Comentario de Joaquín Carvajal a las variaciones "Victimae paschali".

Qué casualidad, terminaba de escuchar en el Blog  a Solaesa y estaba buscando, sin encontrarlas, las variaciones de Manero, cuando me aparece tu correos con el delicioso regalo musical. Qué decir de él? Que primero despertó mi curiosidad, pues de Manero solo conocía el famoso Villancico triste, pero en posteriores escuchas ¡Que grata sorpresa! Cómo introduce el tema gregoriano del "Victimae paschali laudes.." tras un brevísimo preámbulo, cómo lo delimita bien firme en la primera variación, cómo lo adorna con deliciosas notas de paso en la segunda dulce y amable variación y cómo en la tercera y última le da un magnífico esplendor  pasando de  la forma modal a la tonal y coronando con una magnífica cadencia y el acorde final en mayor. Muy bonito, Manero, mi felicitación, cuanto más la escucho, más me gusta. A ello sin duda contribuye la precisa interpretación de Solaesa. Encantado de conocerrte, amigo, y enhorabuena. Joaquín Carvajal

 

Comentario de Adalberto Martínez Solaesa a las variaciones "Victimae paschali" e "Ite, Missa est" de Manero.
En cuanto a la grabación de sus “Variaciones”, se trata de una toma real y artesanal, en directo, al final de una Liturgia, tal cual. Igualmente el DVD es una grabación en directo, sin retoques de laboratorio ni correcciones, tal cual se oyó y se vio en el momento. En mi opinión, la Obra musical de Manero es un puro producto comillés, en puntos de referencia, en evocaciones, en procedimientos…, al servicio de una exquisita sensibilidad y finura de espíritu (comillesa, por supuesto) y de la meticulosidad de un buen médico.
Adalberto.

 

Comentario de Joaquín Carvajal a una de sus obras: "No niño novo do vento".

Me dices que haga un breve comentario a mi pieza "No niño novo do vento". Intentaré hacerlo muy brevemente, aunque con cierto rubor, pues de verdad creo que mi música no tiene tanto mérito como le dais, cosa que por otra parte os agradezco mucho. El mérito verdadero de la pieza lo tiene el poema de Alvaro Cunqueiro, periodista y escritor polifácético, nacido en Mondoñedo y muerto hace unos 20 años en Vigo. Imitando a los trovadores mediavales gallegos, Martín Codax y otros..., comienza el texto: "No niño novo do vento, hay una pomba dourada, meu amigo. ¿Quén poidera namorarla?"... Esta paloma dorada que nace en el nido del viento, es una ilusión, el sueño inalcanzable que todos intentamos tocar..."Quén poidera namorarla..."El poema es tan encantador y tiene tal musicalidad, que los sonidos se instalan sólos  y sin querer en el pentagrama....Así que no hay más que repetir con insistencia el estribillo: "meu amigo, quén podidera namorarla"..., intercalar dos estrofas como variaciones del tema a cargo de tenores( "canta o luar o mencer...") y bajos ("ten ares de fror recente, cousas de recén casada...") e intensificar el tema principal con unas secuencias armónicas ascendentes, hasta lograr la repetición por los bajos del tema principal "meu amigo" en la octava alta, y concluir con una cadencia sencilla, pero brillante... Bueno, no sé si aporto algo a la comprensión de la pieza...También tiene su mérito el Coro, pues trabajan de lo lindo y sobre todo se divierten y relajan en los ensayos....

Joaquín Carvajal.

 

 

Comentarios de Carlos Muñoz Álvarez a la obra:
 "Veni sponsa Christi" de
José María González Bastida (1908-1997).

1. El autor debió de conocer y tratar al P. Prieto. Podrías proponer a los jóvenes de Comillas que estudien esa relación. Y la comenten en el blog de Amigos de la Schola.
La biografía del autor es ésta, para quien no la conozca (se puede ampliar mucho este resumen):
Nació en Bergara (Gipuzkoa) en 1908. Mediante oposición obtuvo, en 1944, la plaza de director de la Banda Municipal de Vitoria; debutó al frente de ella en diciembre del año nombrado; entre obras de distintos autores, dirigió su Suite Vasca, en "Sol". Director del Coro "Easo", de Donostia-San Sebastián, de las bandas de música de Irún, Hernani y Zumaia. Ocupó el cargo de profesor de armonía del Conservatorio de la capital de Álava. Por el año 1958, González Bastida era autor de: Tríptico Vasco (primera audición en Donostia-San Sebastián, en mayo de 1958, por la Orquesta Sinfónica del Conservatorio Municipal donostiarra, bajo su dirección); Iñigo de Loyola, poema sinfónico coral (premiado en el Concurso de Aránzazu); Miserere me Deus (In memoriam S. S. Pio XII), para coros y orquesta; Aita San Juanen bespera y Gabon gabean (obras corales), etc. Contribuyó al "Homenaje pianístico a la memoria de Juan Crisóstomo de Arriaga" con Pequeña Balada, en "Do" sostenido mayor, que podría denominarse Nocturno o Improvisación. Está construida sobre un bello motivo de la ópera de Arriaga Los esclavos felices. Conforme afirma su autor, es "un momento al piano, con el pensamiento puesto en Arriaga". En 1967 dio a conocer en Bilbao su Misa Vasca que constituyó un acontecimiento artístico, por la originalidad de la composición y por la cantidad de intérpretes que son precisos, orquesta, cantantes solistas, coros, grupos de txistularis y de danzas vascas y un bersolari. Ha sido durante más de veinte años Director musical de la Asociación de Txistularis del País Vasco, recibiendo en 1982 la Medalla de Oro de la misma. Por tanto, es fácil que se conocieran. Sólo tenía 8 años más que el P. Prieto.

 2. La obra "Veni sponsa Christi" sigue la orientación de música sacra moderna que cultivó y divulgó el P. Prieto. a) Está construída musicalmente sobre la melodía gregoriana de esa antífona  (te incluyo un pequeño archivo con la partitura gregoriana). Una técnica muy utilizada por el P. Prieto.
b) Tiene una armonía modernista, como la que utilizaba el P. Prieto. Aunque la estructura de esta obra es vertical, renacentista.
3. La partitura en tetragrama de la melodía gregoriana de la Antífona "Veni sponsa", para que quien tenga curiosidad compruebe cómo G. Bastida toma en la primera parta de su obra el primer trozo de esa melodía; y en la segunda parte lo completa con la segunda frase de la Antífona.   Tú tienes razón al decir que es una obra muy bella. Sí que lo es. Seguro que a los de la Schola les encantará.

Un abrazo Carlos

 

 

Prieto, la Schola y el Vaticano II: Declive o adptación?

La publicación de las partituras "recuperadas" por Andrés Oyola ha generado un interesante debate. Tras los comentarios de nuestro decano José Manuel Ruiz Marcos, otros amigos han aportado su visión sobre el tema.
Pedí a Andrés Oyola, testigo privilegiado de aquellos años, que nos diera su opinión... y ha llegado.

 

La carta inicial de andrés Oyola al enviar las partituras recuperadas:

Andrés Oyola Fabián (24/03/2010)

Amigos, buscando la partitura de la Misa de la Juventud de Halffter, que se editó manuscrita en Comillas, he topado con tres cuadernos de obras del P. Prieto, que tenía totalmente perdidas de vista. En efecto, en los fondos del coro parroquial de mi pueblo, que dirigí hasta convertirlo en coral mixta, aparte de la partitura citada, he localizado tres cuadernillos, dos manuscritos y un tercero impreso en Bilbao, todos ellos de 1967, con la música coral de Semana Santa que Prieto fue componiendo según las normas del Vaticano II. Los textos están ya en castellano. Como todo lo de Prieto (acabo de montar  "In Monte Oliveti" que estrenaremos, D. m., el próximo 9 de abril en la catedral de Badajoz en el homenaje al actual obispo por sus 25 años de episcopado), la polifonía puesta en juego es extraordinaria. Toda ella la cantamos los dos años que yo pertenecí a la Schola.
Ver partituras citadas >>
Saludos cordiales

 

José Manuel Ruiz Marcos (31/03/2010)

De veras que vuestros comentarios son siempre tan escasos, que no acabo de sorprenderme de que sobre estas partituras nadie diga nada. Porque para mí ha sido una sorpresa total el que Prieto musicalizara o al menos comenzara a hacerlo, las antífonas de la Semana Santa en castellano, después del Vaticano II. Hasta me ha conmovido esta actitud de su parte, de no resignarse a la pérdida para la Liturgia de piezas musicales, irrescatables tal vez tras el cambio de idioma, de remar contra corriente.
¿Còmo se explica que no haya de estas piezas ninguna alusión ni en „El Eco de aquellas voces“ ni en las cartas de comilleses, cuando alguno asegura que esos responsorios se cantaron en el coro por lo menos en dos de sus años de Comillas? Que se me corrija si estoy mal informado o soy mal investigador. ¿Será que se tuvo tal vez a estas armonizaciones por algo asi como las hermanitas vergonzantes, comparadas con los triunfos musicales del pasado?
Cuánto le agradecería a AZAGRA, que tan bellamente sabe hacerlo, que nos regalara esta Pascua aunque no sea ya sino „en el tiempo pascual“ , una de sus ejecuciones al órgano, para poder conocerlas, gustarlas y seguirlas con el texto de las partituras por delante.(Le envío a él copia de este comentari, por si no entra a leer estas esquinitas).

 

José Manuel Ruiz Marcos (2) (31/03/2010)
„Aquellas voces que no dejaron ecos“,
me atrevo a titular esas partituras después de recibir la rápida respuesta de Gregorio Azagra. Confirma mi sospecha de que fueron nada más que hermanitas vergonzantes, escritas por un Prieto solitario y abatido, para una Schola ya casi inexistente, a finales de los 60, donde nadie bajaba a los ensayos, y él se salió del paso con ligerísimas composiciones sin ningún interés musical, para una liturgia ya también sin pretensiones. Era el derrumbe final. Pienso lo que tuvo que sufrir aquel hombre en su sala de Música, en el Coro, en sus soledades de compositor,al rebajarse a esas alturas después de su obra maestra , la Schola, y de tantas obras maestras suyas. Sin embargo, está bien saberlo: esas partituras pertenecen a la Historia, la historia de nuestra Schola! son documentos fehacientes de la agonía final, adoquines de dos Vías Dolorosas , la de la Schola y la de nuestro Director y Maestro. Son testigos mudos de sus decepciones y dolores. La noche oscura del derrumbe y la separación de sus seres queridos:
"Cum repeto noctem, qua tot mihi cara reliqui,
labitur ex oculis, nunc quoque, gutta meis".

 

Comentario de Rafael Manero: (04/04/2010)
 No conocía yo esos Graduales de Prieto. Ahora los tengo sobre el piano. La tristeza que me producen está muy en consonancia con lo que expresa muy bien Joséma en su carta. Nada que ver, aunque el texto en castellano sea el mismo, con el Christus que compuso el año 51. Son muchas las circunstancias que contribuyeron a que el talento de Prieto no sintiera el estímulo para una obra de creación. El texto en castellano es decepcionante. Dice "se sometió incluso a la muerte..." ¡quién puede sentirse inspirado por ese " INCLUSO"! O, incluso, "oh Dios, escuché tu fama y tuve miedo"...Esto ya de por sí es espantoso. Por otra parte son cosas compuestas para un coro de voces graves, cuatro voces graves. Esto puede darnos idea de que es una limitación más. Después está su aislamiento, su desilusión, su "noche oscura". Muy oportuna la cita que hace Joséma de los versos de Ovidio.

 

Carta de Alejandro Rivas a Andrés Oyola: (04/04/2010)
...
Sin duda habrás visto los comentarios que han surgido con tu rescate de las partituras de Prieto. A mí me parece muy interesante analizar esa etapa con la ecuanimidad necesaria, o sea, sin dejar que la afecte aquel típico "cualquiera tiempo pasado fue mejor" que tal vez afecta a algunos. Tú conociste bien esa etapa y sin duda puedes aportar mayor información. Incluso, creo recordar, que dirigiste en alguna etapa la Schola en Madrid, ¿no? Podrías escribir unas líneas sobre esa posible decadencia? ¿Es cierto ese comentario de que no acudía la gente a los ensayos? ¿Estaba Prieto tan abatido?

 

Carta de Andrés Oyola (5/04/2010)
"¿Cómo se explica que no haya ...?" Eso mismo me pregunté yo al ojear "Los ecos de ...". Poco o nada se escribe de los años sesenta, cuando, al menos los cinco primeros, fueron tan gloriosos como los demás historiados en la citada obra.
Suena fuerte lo de "hermanitas vergonzantes".  Para entender bien la labor compositora de Prieto en estos años, hay que tener a la vista la encrucijada del Concilio Vaticano II. Precisamente el conjunto de obras de que dispongo responden "ad unguem" a la Constitución sobre la Liturgia "Sacrosantum Concilium" . Solo desde ella se explica la opción por el castellano de Prieto y el papel que da a la asamblea, alternante con la Schola en la acción litúrgica, por ejemplo en la "Misa Pascual" no citada en nuestra página. No renuncia Prieto, ni mucho menos, a su estilo compositivo, ni a sus "audacias." Recuerdo perfectamente cómo nos explicaba que, en un pasaje del Gloria de la citada Misa, contra el parecer de algunos,  la cuerda de bajos cantase al unísono con la de tenores en una tesitura propia de éstos. Para nada noté la derrota de Prieto en el año 65 ni en en el 66. Se dedicó de lleno a componer para la liturgia. Jamás pierde de vista el texto que explica perfectamente lo que en cada momento compone desde el mismo. Como hacía cuando componía en épocas anteriores. Creo que compuso mucho y bueno. La desgracia fue que en el curso 1967 los jesuitas dieron, por primera vez, vacaciones de Semana Santa, tal vez previendo que ese mismo curso la facultad de Teología se trasladaría a Madrid y ya no habría más semanas santas comillesas "more classico".

Podría extenderme en más consideraciones. Quiero terminar diciendo que "El eco de aquellas voces", el de la década de los sesenta, SÍ ha seguido sonando, al menos en este apartado lugar del suroeste extremeño, cuando cada Semana santa los componentes de mi coral siguen cantando, después de cuarenta años, entre otras la bellísima melodía "Jesús el Señor, después de cenar ..." (Melodía, divina melodía , [Beethoven dixit]), que cantamon al unísono, como se escribió en el cuaderno nº 2 de 1967. Tengo ante mis ojos el Procesional de Entrada del Domingo de Ramos que cantó la Schola en 1966 (no sé si en 1967 los pocos que no tomamos vacaciones). El pasaje de "Portones abrid los dinteles" resulta sencillamente grandioso, etc. etc. etc. Eso no se escribe en tiempos de decrepitud ni "vergonzantes".

Abrazos para todos.
 

José Manuel Ruiz Marcos (6 de abril de 2010)

Esta intervención de Oyola resulta un descubrimiento.Parece que hay obras de Prieto, además de las antífonas de Semana Santa, que nadie hasta ahora había citado. Una „Misa Pascual“, por ejemplo, me imagino que en castellano, claro. Tenemos socios, y no son pocos, que han vivido en Comillas el Post Vaticanum.¿cómo es que nadie cita esa Misa de Prieto?, que se sigue cantando, ahora cito a Oyola,
„al menos en este apartado lugar del suroeste extremeño, después de cuarenta años, entre otras la bellísima melodía "Jesús el Señor, después de cenar ..." que cantamos al unísono, como se escribió en el cuaderno nº 2 de 1967.
(Si hay un cuaderno número 2, ¿dónde acaba la serie, quién la tiene?)
Sigue Oyola: Tengo ante mis ojos el Procesional de Entrada del Domingo de Ramos que cantó la Schola en 1966 (no sé si en 1967 los pocos que no tomamos vacaciones). El pasaje de "Portones abrid los dinteles" resulta sencillamente grandioso, (de veras?) etc. etc. etc.
Comento: ¿Qué significan esos tres etc.? Parecería que hemos dado, casi por casualidad, con una mina y espero que los socios de ese tiempo intervengan en estos comentarios. Son ellos nada menos que dieciocho, todos los que en la lista de Socios están después de Alejandro Rivas, y todos tendrán algo o mucho que decirnos. Ánimo. .
 

Rafael Manero (6 de abril de 2010)"...dificilis, quaerulus, laudator temporis acti,
se puero..." (Horacio, "De arte poetica")

Dejo lo de "castigator censorque minorum", porque a tanto (¡menos mal!) no llego. Pero, es verdad, los mayores podemos caer en la trampa de creer que nuestra juventud fue "lo más excelente y admirable que se puede decir y pensar" (expresión del P. Astete en su Catecismo). Y, al hablar de la Semana Santa comillesa, podemos ponernos quisquillosos, "quaerulos", que diría Horacio, y dar a entender que, después de nosotros, ¡el Diluvio Universal, oiga! No, ya sé que no fue así. Después del año 60, en que dejé Comillas, estuve en contacto con la Schola. En las giras de Inglaterra y de Suecia, fui compañero de Gullón, de Alario, de Trebolle, de Federico de Carlos Otto... (por cierto, ¿cómo estáis, oh inolvidables?) y, en aquel entonces, no noté ningún desfallecimiento respecto a lo que yo había vivido años antes. La visión un tanto pesimista que he podido dar en mi escrito anterior se debe a que algún comentario sobre el poco rigor a la asistencia a los ensayos ya se dejaba sentir, y a que prácticamente desconozco casi en su totalidad la obra de Prieto sobre textos litúrgicos en castellano. Pero me alegra mucho ese tono tan positivo que Andrés Oyola adopta al hablar de la Schola en los años de liturgias en castellano que a él le tocó vivir (no necesariamente "cualquiera tiempo pasado fue mejor": estoy en ello) Al mismo tiempo, siento una gran curiosidad por esas obras de Prieto, aparte de ese CUADERNO 2º de Graduales y Tractos que aparece en el blog. Mi juicio sobre estos no ha querido ser descalificador (¡cómo podría yo atreverme a hacer tal cosa con obras de Prieto!) Están bien escritos, por supuesto, y se ve que el maestro ha querido sacar partido a las cuatro voces graves para las que están compuestos. Pero me temo que no admitan comparación posible con sus Responsorios, su Lamentación, su Christus, su Miserere...De todas formas, siento, como he dicho, una gran curiosidad por conocer el resto de su obra para la liturgia en castellano. Espero que el blog nos sirva de fuente de conocimiento a este respecto.
Sobre el debate que plantea nuestro Secretario -evolución/involución o algo por el estilo, referido a la Schola y/o la música sacra en su etapa latina y castellana-, anoto algún detalle, que me parece significativo: ya en el año 56 hubo una primera reforma litúrgica que suprimió definitivamente en los Oficios de Semana Santa el Salmo "Miserere", que hasta ese año se interpretaba en los Laudes del Triduo sacro. Ni el Miserere de Goikoetxea, ni el de Otaño, ni el de Prieto se volvieron a cantar. Solamente el año 58, y en el concierto de Santa Cecilia, Miguel Eizmendi que lo dirigió, introdujo en el programa, a manera de recuerdo y homenaje a esas tres obras maestras de la polifonía religiosa, un par de versículos de cada una de ellas. Así es que los de la década de los sesenta y posteriores ya no habéis podido conocer esas obras. Las partituras de las tres las tiene la Asociación, aun cuando no han aparecido todavía en el archivo "Partituras". Su interpretación, maravillosa, prodigiosa diría yo, ya que está hecha con medios electrónicos, la tenéis en el Auditorium y se la debemos a Gregorio Azagra, del que me habéis oído comentar en alguna otra ocasión que, para mí, es Prieto redivivo. A sus interpretaciones me remito, tal como aparecen en ese rincón del blog.
No os canso más. Hagámonos la pregunta: "Cui comparabo te? vel cui assimilabo te, Filia Jerusalem?" Comparar, con las partituras a la vista: ésa es la única forma de orientarnos en ese debate (evolución/involución). Por cierto, que esta frase latina pertenece a la Lamentación "Matribus suis dixerunt", a la que puso una música serenamente desgarradora, Palestrina; música que tampoco, "pro dolor", habréis podido interpretar en la liturgia en castellano.

 

Andrés Oyola (7 de abril de 2010)
Amigos: Como no podía esperarse menos de personas inteligentes, las últimas aportaciones de Ruiz Marcos y Manero tienen toda la ponderación de quienes se formaron en Comillas y aman la Schola y a su gran mentor Prieto.
Adjunto relación siguiente de algunas de las obras en mi poder:     1. Misa Pascual, J.I. Prieto  s.j. para coro popular y Schola,  a cuatro voces y órgano (circa 1966) (8 folios en   
        fotocopia)
     2. Cuaderno 1: Semana Santa. Comilllas 1967. Cantos de la asamblea. I. Domingo de Ramos   
          2.1.Procesional de entrada. P. Prieto s.j. Asamblea y cuatro voces mixtas pp. 1-4
          2.2. Introito. Una voz y coro (fabordón a 4 v. mixtas. pág. 5
          2.3. Kyrie : Misa de la Paz, a una voz y órgano de Felix Zabala, S.J.pág. 6
          2.4. Credo en c astellano de la Misa "Cantate Domino" J.I. Prieto  s.j. a una voz y órgano, como recitando a dos coros. pá. 7-10
          2.5. Ofertorio, J.I. Prieto  s.j. para coro a una voz. pág. 10
          2.6. Santo. J.I. Prieto  s.j. Asamblea y coro a cuatro v. mixtas. pp.11-12
          2.7. Cordero de Dios. J.I. Prieto  s.j.Asamblea y Coro a cuatro voces mixtas. pp. 13 y 14.
          2.8. Procesional de comunión. J.I. Prieto  s.j. Asamblea y coro a cuatro v. m. pp. 15-17Relacionaré contenido de Cuaderno 2 o del Triduo Santo, así como cuaderno Marana Tha, de cantos prepardos por el equipo Ven Señor que funcionó esos años bajo la dirección musical del P. Prieto, en el que se incluyen obritas de Gelineau, Aragüés, Deiss, etc, aparte de algunas de Prieto y de Otaño. Tengo extraviada La pasión de san Juan en castellano, también estrenada el Viernes Santo de 1966, que, en su momento me pareció magnífica.Vaya por delante o como final que ni fui una voz privilegiada de la Schola (algún día contaré cómo entré en la Schola) ni pertenecí al círculo más cercano del P. Prieto, pero, eso sí. estuve allí.Un abrazo para todos.
 

 

José Manuel Ruiz Marcos (7 de abril de 2010 12:22)
Bueno, la cosa se va componiendo. Quiero contar algo que vivimos los que de „pipis“vivió en la Schola, de contralto, en Octubre de 1938.
No recuerdo que hubiera ese año concierto por Santa Cecilia.Las voces blancas estábamos bastante completas, a mi voz la ensayaba José María Cirarda, luego arzobispo de Pamplona.Las voces graves muy diezmadas, con muchos aún en los frentes de guerra. Nos dirigía, sin pretensiones pero con gran tesón, el P Delgado, prefecto de teólogos.
Prieto llegó puntual para la Semana Santa..Vivimos con él el movimiento de signo contrario (años 66-70) al que ahora aludimos, fue entonces el de menos a más, cuando casi todo nos faltaba en La Cardosa, fueron las horas del resurgimiento, él treinta años más joven, con sus pros y sus contras.
Sonriente y marrullero nos puso como meta final, después del único ensayo con él en Martes Santo que tratáramos al menos de „acabar la pieza todos al mismo tiempo“….Lo decía vistiendo el uniforme militar, venía de vivir la nada, la guerra, y allí con él empezamos de nuevo.Él nos mostró que creía en nosotros y así nos dimos con él a restaurar la Schola. Con otro compañero de ìnfima llené en la rectoral los sobres dirigidos a amigos y bienhechores invitando a la semana Santa. de 1939, recién acabada la Guerra. Lo sensacional del momento para los cantores era que se nos iba a oír ya en trocitos de España, porque la transmitía, (por vía telefónica, imaginaos), Radio Zaragoza. Nuestro Director nos exhortó a „acabar todos al mismo tiempo“ argumentando que antiguos alumnos estarían oyéndonos por radio, partitura en mano, controlando desmanes.
 

Rafael Manero (7 de abril de 2010 14:33)
Aunque no nos conocemos, amigo Oyola, a los tres (incluyo en la terna a Joséma) "se nos nota el acento galileo", o sea, nuestra admiración por Prieto. En ese sentido, los tres tenemos un inconfundible aire de familia. Y aprecio mucho y me satisface compartir con vosotros ese parentesco. La mera enumeración de obras que consignas en tu escrito, me deja pensativo, "la mano en el mejilla", con una evidencia que se va abriendo paso en mi mente en blanco: realmente desconozco una parte muy extensa e importante de la obra de Prieto. Pero es que sois vosotros los que debéis dárnosla a conocer, como tú has empezado a hacer ahora. Y comienzo a entender que el planteamiento que yo proponía para orientarnos en el debate, no es un buen planteamiento. No se trata de "comparar" esas dos etapas creativas de Prieto. Son incomparables, por la sencilla razón (no tan sencilla) de que Prieto adopta en ellas dos concepciones totalmente distintas del papel de la música en las celebraciones litúrgicas. La música sacra de los años cincuenta, con su texto en latín, y sus complejas estructuras polifónicas, era una música de carácter sinfónico, con un protagonismo absoluto por parte de la Schola y un silencio reverencial e intimista por parte de los fieles oyentes. En esta segunda etapa ,que vosotros vivisteis, Prieto, por lo que veo en la sola enunciación de las obras, busca simplificar la estructura de sus composiciones hasta trazar unísonos, alternancias coro-pueblo, recitados...etc., dando así más participación a la "asamblea" En cada una de esas etapas Prieto busca cosas distintas. No son comparables. Sólo queda admirar lo que de hondo y sentido pueda apreciarse en esas composiciones, que todavía para mí son una incógnita, y eso es lo que espero descubrir cuando me sea posible conocerlas.


 

José Manuel Ruiz Marcos (7 de abril de 2010 15:50)
Escribí lo anterior sin conocer la última intervención de Manero. Me he sentido mejor tras el golpe de timón de Rafael, empujado por Andrés, que  nos habla desde su recinto de autoridad como director en la lejana Extremadura, y conserva „Aquellas voces con su Eco“. Las piezas musicales en cuestión no admiten comparación con la que yo no llamaría primera época, sino época intermedia de Prieto, son el fruto de la madurez, como músico y como jesuita, de nuestro querido José Ignacio. Volvió con gusto a sus preferencias de joven, a su „primera“ fase, a los unísonos musicales entre el coro de los tiples y la asamblea de  los fieles  en la Capilla de San José, las melodías fabulosas a textos de Salgado („Llegas, mi Amor, fatigado“, canciones del „Repertorio comillés“, el „Por esos mundos de Dios voy cercado de mis penas“, a  las tres estrofas que comienzan con el solo „A la vera del río, sobre sus ramas
se columpia una rosa, vete a alcanzarla

,… mas ten cuidado

que las aguas del río pasan debajo“.

Por cierto, no sé dónde estarán las partituras, pero existen incólumes en mi memoria.

Me adhiero a tu interpretación, Rafael,  de que las obras que nos ha regalado Andrés son frutos de la madurez de Prieto como persona y como religioso, son por lo tanto „incomparables“, un Prieto abriéndose más
y más a tomar en cuenta a la asamblea de los fieles, acogiéndose, sin renunciar a su creatividad,  a la sencillez y cantabilidad para todos y para cualquiera, que es el elemento del folklore, de las danzas populares, de las Letanías, donde el recién llegado puede entrar y sentirse protagonista, hermanado en la melodía..
 

Rafael Manero (7 de abril de 2010)

Puesto a enrrollarme, remato "dando una larga torera / sobre el mar y los arroyos" Así pues, tal como plantea el debate nuestro Secretario, ¿declive o adaptación?: la palabra sería "adaptación". Prieto adaptó su forma de componer a las exigencias de la reforma litúrgica. Esto llevaba consigo, una mayor sencillez en la escritura sobre un texto en castellano, un menor protagonismo de la Schola y una mayor participación del pueblo. ¿Podría ser éste el común denominador de sus composiciones en esta nueva etapa? Sería injusto el considerar esta nueva "manera" como un declive de su talento. El Otaño popular del "Es pura la azucena", delicadísima y muy bella melodía con un sencillo acompañamiento que enriquece todavía más su ya "rico pensil", es el mismo del gran Miserere a 5 v.m. Este sería el caso también de Prieto. Eso creo.
 

Andrés Oyola (7 de abril de 2010)

Amigos Manero y Ruiz Marcos: Creo que habéis dado absolutamente en el clavo en vuestra interpretación de la obra del Prieto de los sesenta y ¡¡ solo a la vista de la relación que adjunto!! Creo que lo confirmaréis en cuanto tengáis a la vista las correspondientes partituras que, por supuesto, pongo a disposición de la Asociación. Yo creo que es grande en la polifonía más sofisticada y en las más simples melodías. (¿He dicho "simples"?)

Un ejemplo: Después estar interpretando muchos años la melodía siguiente, a una voz "Jesús, el Señor, después de cenar con sus discípulos , les lavó los pies y les dijo: "Comprendéis lo que he hecho con vosotros, Yo, el Señor, el Maestro. Os he dado ejemplo para que vosotros hagáois lo mismo", no puedo sustraerme a la unción religiosa, mística, que Prieto es capaz de trasmitir con la melodía. El "Comprendéis ..." que se eleva apenas un a tercera sobre el tema expuesto, suena como una palmadita cariñosa de aviso, pero el retinendo largo de "Yo, el Señor, el Maestro, ..." (que, como director hago "ad libitum" ) transmite la Majestad humilde de quien intenta enseñar la humildad más sagrada a los suyos, los amigos del Cenáculo. Prieto, en estado o puro. Jesuita en estado puro. Y los ejemplos son tantos como obras escribe en estos momentos. Al menos, así lo veo y lo vivo yo.