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		MIEMBROS DE HONOR 
		Lo grande de esta escuela a la que ahora regresamos, sin habernos 
		alejado nunca, es que junto a los que peinamos canas, algunos ya peinan 
		honores. Creo que todos querréis saber cómo se ha gestado este proceso. 
		A grandes rasgos:Al redactar el borrador de estatutos aparecen 3 tipos de socios: Los 
		Fundadores (vosotros, los que firmeis el Acta Fundacional el día 21 en 
		el Salón de Plenos), los socios de número (los que ingresen en la 
		Asociación a partir de esa fecha) y… los Miembros de Honor, 
		(personas que por su papel relevante en la historia de la Schola 
		Cantorum de Comillas, por su  prestigio o por haber contribuido…).
 El grupo de los “senior” de la Comisión 
		Gestora lanza la propuesta: 
		Socobehere, Carlos, Bailo, Goico, 
		Azagra y también, in memoriam a Miguel Eizmendi. 
		La 
		aceptamos, con el ruego de que nos escriban unas líneas de cada uno para 
		que todos sepamos de ellos y de los rasgos que han merecido ese honor.
 Y a partir 
		de aquí, les cedo la palabra:
   
		
		Miguel Eizmendi por Rafael Manero (10 de 
		noviembre de 2009)
 Ponerme a escribir "Miguel 
		Eizmendi, Socio de Honor" y tener que añadir el "IN MEMORIAM", me hace 
		sentir un nudo en la garganta. Éramos del mismo curso. Estuvimos en 
		Comillas desde pequeños. Aprendí a cantar colocándome a su lado, como 
		aprenden los pájaros: tratando de imitar aquella impostación de voz 
		espontánea, natural, maravillosa. Cuando cantaba en Noche Buena el "A 
		media noche" de Goicoechea, hacía que la emoción trepara, con un temblor 
		silencioso, hasta los ojos de los que le escuchábamos . Miguel era de 
		Azpeitia. Pertenecía, como tiple solista, al coro parroquial de don 
		Julián, el organista. Prieto le oyó cantar un solo en la Basílica de 
		Loyola e inmediatamente se lo quiso llevar a Comillas. En la colección 
		de programas de la Schola, que irá apareciendo en este Blog, figura como 
		tiple solista en el fragmento de Tanhauser que se interpretó en el 
		concierto de Santa Cecilia del año 47. Así también, posteriormente, en 
		las Bienaventuranzas de César Franck y en otras muchísimas ocasiones, 
		que no quedaron reflejadas en programas. Fue también contralto solista. 
		En la grabación de la Missa Jubilaris del año 50 se oye una voz de niño 
		cantando solo el "Qui tollis peccata mundi": es la voz de Miguel. La 
		grabación no le hace justicia, por la escasez de medios técnicos en la 
		recogida de sonido. Por otra parte en Miguel se iniciaba ya el cambio de 
		voz. Pero es el único testimonio que nos queda de aquella voz 
		inolvidable. Cuando pasó a formar parte de la cuerda de bajos, se 
		convirtió en un colaborador en la preparación de voces y programas, en 
		el que Prieto confiaba absolutamente. En los años en que el padre Prieto 
		estuvo a caballo entre Roma y Comillas, le tocó hacerse cargo de la 
		Schola y lo hizo con total competencia. Tenía un oído prodigioso, capaz 
		de seguir con absoluta seguridad la marcha de las voces, y un increíble 
		falsete que le permitía corregir sobre la marcha cualquier desvarío de 
		las cuerdas, recorriendo toda la gama, desde lo más grave de los Bajos 
		hasta los agudos más arriesgados de los tiples. Como he escrito en algún 
		rincón de este Blog, "El curso académico 58-59, según se deduce de los 
		programas adjuntos, estuvo marcado por la personalidad excepcional de 
		MIGUEL EIZMENDI... Lo que dio verdaderamente la medida de su valía y de 
		su capacidad como director, y lo realza como caso único en la historia 
		de la Schola, al menos en la etapa del P. Prieto, fue la dirección, como 
		único protagonista, de todo el programa de SEMANA SANTA de ese año de 
		1989. Me entretengo en subrayar estas cosas, porque Miguel, hombre 
		sumamente discreto y poco amigo de figurar, pasó entre nosotros de 
		puntillas, como si fuese uno más en la Schola. Sin embargo la huella que 
		dejó su extraordinario talento de músico y de excelente persona fue muy 
		honda y bien merece un recuerdo emocionado y agradecido: MIGUEL 
		EIZMENDI, SOCIO DE HONOR DE LOS AMIGOS DE LA SCHOLA, IN MEMORIAM. "labitur ex oculis nunc quoque gutta 
		meis..." (Ovidio)
 Rafael   
		
		Carlos Muñoz Álvarez autoretrato
		(25de noviembre de 2009)
 El libro “El Eco de 
		Aquellas Voces” es ante todo autobiográfico. Por eso la lectura más 
		superficial de sus páginas da pie a formarse una idea bastante definida 
		de la vida y la personalidad de su autor: sus años de estudio, su 
		formación humanística, cultural, filosófico-teológica, musical, … en 
		Comillas; además de sus cualidades humanas, sensibilidad, actividades 
		profesionales,…y, por supuesto, el papel que ocupó en la Schola … y el 
		que la Schola ocupó entonces y en toda su vida; Pero, por si alguien 
		quisiera verlo así todo por junto, se podría decir de Carlos Muñoz 
		Álvarez, que fue alumno de 1942 a 1955 del Seminario y Universidad 
		Pontificia de Comillas, Santander, donde estudió Gramática, Humanidades 
		y Retórica, y las Licenciaturas en Filosofía y Teología, recibiendo al 
		final el “Presbyteratus Ordo ad fidelium regimen et cultus divini 
		ministerium”. Finalizados sus estudios, ejerció durante veinte años como 
		párroco en la ciudad de Béjar, diócesis de Plasencia. Tras su “reductio 
		ad saecularem statum”, obtuvo la Licenciatura en Filosofía y Letras en 
		la Universidad de Valencia y el Máster en Dirección y Administración de 
		Empresas Educativas, y ejerció como director de colegios privados de 
		Segunda Enseñanza.
 En el aspecto musical, perteneció a la Schola Cantorum, durante el 
		tiempo que permaneció en Comillas, como tiple, primero, y , como bajo, 
		después; participando en cuantas actuaciones litúrgicas y conciertos 
		profanos celebró la Schola, dentro de la Universidad y fuera, como en 
		Santiago de Compostela y Santander, con la Orquesta Sinfónica Municipal 
		de Bilbao, y en Zaragoza, con la Orquesta Sinfónica de la ciudad, …-. 
		Formó parte así mismo, de los dos coros de solistas de la Schola, el 
		“Coro Reducido” y el “Coro de Canto gregoriano”. Asistió en la Abadía de 
		Solesmes, Francia, dos veranos a los cursos de Canto Gregoriano 
		impartidos por el monje benedictino Dom Gajard. Ejerció durante varios 
		cursos como profesor de las clases regladas de Música y Canto Gregoriano 
		de sus compañeros de cursos inferiores en la propia Universidad de 
		Comillas. Tomó parte tres veranos en las giras de conciertos organizados 
		por el Director de la Schola Cantorum, P. Prieto S. J., que un coro 
		reducido de la Schola dio por diferentes países de Europa –Francia, 
		Suiza, Austria, Alemania, Holanda, Bélgica, …durante un mes. Una vez 
		terminados sus estudios en Comillas, se mantuvo en comunicación con la 
		Schola Cantorum de Comillas y su Director, tomando parte en una ocasión 
		como cantor en las giras de conciertos por Europa. Dentro de sus 
		actividades relacionadas con la música fue fundador y director de una 
		“Coral”, de cuarenta voces mixtas, en la ciudad de Béjar. Fue profesor 
		titular de Historia de la Música en Bachillerato en colegios 
		oficialmente reconocidos de Madrid y Pozuelo de Alarcón, donde creó y 
		fue titular de una Escuela Elemental de Música, oficialmente reconocida, 
		en la que se impartía enseñanza y titulación de canto, música coral y 
		once instrumentos musicales. Ha cultivado a lo largo de su vida sus 
		conocimientos y disfrute musicales asistiendo a innuHa asistido a 
		innumerables Conciertos de 
		las Orquestas del Mundo, en los que ha tenido ocasión de ver dirigir a 
		los grandes Directores de Orquesta; y ha podido escuchar a los más 
		prestigiosos coros infantiles, como “Les pètits Chanteurs a la Croix de 
		Bois”, los Cantores del “King’s Collage” de Cambridge, Gran Bretaña, los 
		“Niños Cantores de Viena”, los Cantores de la “Capella Carolingia” de 
		Aquisgrán, … Tanto en los años que permaneció en Comillas como después, 
		mantuvo una relación de proximidad y afecto con el P. José Ignacio 
		Prieto, S. J., al que reconoce como maestro de sus conocimientos y 
		sensibilidad musical.
  De Carlos 
		Quien haya leído “El Eco de Aquellas Voces” habrá sacado una idea exacta 
		de quién es    
		
		Gregorio Goicoechea autoretrato
		(25de noviembre de 2009)
 "Nací el 17-08-31 en 
		Bilbao. Mi infancia empieza con estudios desde los seis años y continúa 
		hasta los 12 en el Colegio dirigido por los Padres Jesuitas "Nuestra 
		Señora de Begoña" de Bilbao.Comienza mi etapa comillesa mimado por venir de un colegio jesuítico... 
		Mi primer solo, ensayado por el P. Alonso Shökel, -me lo recordó un día 
		en su visita a su familia en Algorta-.
 Nuestro grupo bilbaíno en la Schola Cantorum de Comillas era uno de los 
		mejores... Juanjo Larrínaga, el mejor contralto, Emilio Olávarri, el 
		mejor tenor segundo, Juanito Arenillas, un gran tenor, y yo mismo.
 Mis éxitos musicales los refleja Carlos Muñoz en su libro "El eco de 
		aquellas voces". Ver sobre todas las páginas, la página 188, como 
		síntesis.
 Durante mis vacaciones estivales y navideñas (permisos concedidos para 
		subsanar mi rota nariz por un descuido del P. Carlos Mielgo) mis éxitos 
		eran familiares en el salón del Hotel de mis padres: casi todos los 
		fines de semana un gran pianista tocaba los boleros y canciones de la 
		época y me acompañaba cantando yo canciones napolitanas, arias de ópera, 
		... “Pagliaci”, “Adiós a la vida” y zortxicos y las melodías de Luis 
		Mariano,etc.
 Uno de los clientes del Hotel fue Athos Cesarini, que cantaba junto al 
		gran divo Mario del Mónaco en la ópera "Otelo", quería presentármelo. Él 
		decía que los dos teníamos voz de tenor dramático y yo un futuro…
 Eran los años del gran tenor lírico Luís Mariano, a quien -estando yo, 
		en su presentación en Bilbao en el Teatro Arriaga, le obligamos a cantar 
		sin micrófono.
 En el hotel de mis padres siempre había un gran ambiente musical. Así el grupo Mocedades comenzó cantando en honor a una tía suya, -huésped 
		permanente-: eran el padre-un gran músico- sus hijas y sus parientes.
 En la Basílica de Nuestra Señora de Begoña acompañado al órgano por el 
		célebre compositor de “Ama begira zazu”...etc , Víctor Zubizarreta, 
		cantaba en las bodas los “Ave Maria” de Gounod, Schubert, etc. Llegamos a 
		formar un dúo muy famoso él como organista, y yo, como solista cantor.
 El año 1956, estando en Roma en un concierto dirigido por el P. Prieto y 
		en el salón de Actos de la Gregoriana en unión de la Orquesta de Roma, 
		al finalizar el concierto, se acercó el primer violinista y me dijo: “La 
		voce piu bella que oggi se puo sentire a Roma". Pero pensé “vanidad de 
		vanidades, es todo vanidad”: Era el espíritu del P. Nieto.
 De Roma, por unas circunstancias extrañas, en 1957 pasé a la diócesis 
		de Monterrey, -Fresno -California-. Una etapa gloriosa como sacerdote y 
		persona. Fui mimado por el grupo de sacerdotes y sus gentes… Era el 
		sacerdote comodín de sus parroquias… Confesaba en varios idiomas, 
		-inglés, francés, alemán (mis años de sobresaliente con el P. Céspedes), 
		italiano, portugués, ayudado por una chuletilla, y vasco-, así se podía 
		leer en mi confesionario; y llegué a confesar en vasco.
 Todos querían que cantase con mi voz dramática y sensible.
 En un homenaje al capellán de una famosa cárcel de North Hollywood, que 
		era también español y muy querido -tenía hasta una avioneta para visitar 
		sus parroquias-, fui parte de la fiesta y canté la parte religiosa y 
		otras piezas, como uno más, pero sin embargo en la reseña del periódico 
		del día siguiente, en la primera página y al comienzo del artículo 
		decía: “....Expresamente llegado de Roma cantó el celebre tenor....en 
		honor del P. Navarrete".
 Mis amigos los sacerdotes querían que me quedase y me dedicara al mundo 
		de la canción. Era la época de Mario Lanza. Pero mi obispo quería que 
		volviera a Bilbao, con la posibilidad de suspenderme a divinis, si no 
		volvía. Cosa que hacía reír a mis compañeros norteamericanos.
 Hay otras muchas anécdotas y una vida llena de amor a la música.
 Mis cuatro hijos son amantes de la gran música sinfónica, coral, jazz. Y 
		tengo una nieta, Icíar, que con sus cinco añitos tiene un gusto, un oído 
		y voz que puede heredar de su abuelo su amor a la música como medio de 
		mejorar una vida incomoda.
 
		Gregorio Goicoechea 
		Beascoechea"alias  Goiko"  Bernardo Socobehere por Rafael Manero
		(9de noviembre de 2009) 
 
			Para cualquiera de mi 
			generación, que llegara a Comillas en los años 48-50, hablar de la 
			Schola sin nombrar a Socobehere era algo impensable. "In diebus 
			illis" no se podía concebir la Schola sin Socobehere, ni a Bernardo 
			(Beñardo, cariñosamente, para los amigos) sin la Schola. Para 
			nosotros fue el prototipo de "Bedel de la Schola" "ut sic". Los que 
			vinimos tras él, procuramos imitarle en la meticulosidad con que 
			llevaba el "Diario", en el cuidado y manejo del Archivo, en la 
			gestión de los intereses de la Schola ante las Autoridades de la 
			Casa (petición de vacación para la tarde del 22 de noviembre, 
			organización de la excursión anual, de "nuestras" meriendas-cenas, 
			preparación de "ponches" para los solistas -leche con huevo- en la 
			Enfermería del Hermano Castillo, y de leche caliente y caramelos 
			para todos los cantores antes de las actuaciones...) A sus órdenes 
			estábamos los "papeleros", los responsables de cada cuerda, en aquel 
			berenjenal de papeles - partituras y particelas-, que se organizaba, 
			para tener listas las carpetas antes de cada actuación. Un ejemplo 
			de sus desvelos y de su buen hacer como Bedel lo tenemos en el 
			concierto de Homenaje al P. Prieto en sus Bodas de plata como 
			Director de la Schola (véase el programa del 21 de febrero de 1950). 
			Sin su tesón y capacidad organizadora la fecha hubiera pasado 
			inadvertida. Fue capaz de remover Roma con Santiago para que el 
			famoso musicólogo don José Artero viniera desde Salamanca, donde era 
			catedrático, para hablarnos de "La personalidad musical del R. P. 
			José Ignacio Prieto", para que el P. Jaureguizar hiciera la 
			Presentación, y para que Antonio Rey, un canonista que era un buen 
			músico, dirigiera a la Schola en el concierto-homenaje. 
			Y queda por aludir al menos el capítulo de reformas estructurales e 
			iniciativas renovadoras que se emprendieron bajo su "mandato": el 
			paso de los incómodos bancos a ras de suelo al graderío con butacas, 
			la creación de un cuerpo de amanuenses del ciclostilo para 
			renovación de archivos, copias de canciones, ¡aquellos clichés de 
			papel encerado en los que había que grabar con rodillo y punzón las 
			notas, las armaduras, las claves, incluso los pentagramas! Beñardo es navarro, de 
			Valcarlos. Llegó a Comillas procedente del Colegio Apostólico que 
			los Jesuitas tenían en Javier. Cuando yo lo conocí, su físico 
			recordaba al de Ravel. Delgado, con perfil indudablemente 
			vasco-navarro, pelo liso, peinado hacia atrás, y un "buen caer" 
			inolvidable. Hoy, todavía sin jubilarse, sigue siendo párroco de 
			Arizcun. ¡Querido Beñardo, Bedel de Bedeles de la Schola! Un fuerte 
			abrazo.
       Rafael 
		Respuesta de Bernardo Socobehere a la invitación 
		que le transmite Antonio Albarrán: 
		Amigo Antonio: Gregorio Azagra por Rafael Manero
		(9de noviembre de 2009)Recibido tu mensaje y te voy a contestar. Eso de que os habéis acordado 
		de mí para nombrame miembro de honor, me honra, pero me parece 
		demasiado. De todos modos os lo agradezco,  y si os parece bien,  de 
		acuerdo, , pero  tened en cuenta que hay otros de más categoría y 
		merecedores de  esa distinción. Ya sabes que a mí me ha gustado trabajar 
		siempre  en retaguardia, en segunda línea.  Son muchas las horas que he 
		metido en la Schola: renovación de archivos, copias de canciones, 
		clichés para copias, las obras del salón, asientos, graderío etc...y el 
		P. Prieto que se desahogaba con nosotros porque ya sabes que la música 
		en Comillas, para algunos... no era, precisamente, plato de su agrado.  
		En fin, aquellos años ya pasaron y el bien  que hayamos podido hacer, 
		esa es nuestra satisfacción, por falta de poner los medios no habrá 
		quedado.Bueno Antonio, gracias por vuestras atenciones, saludos a los 
		conocidios, y con un abrazo te despide tu amigo.
 Bernardo.
   
 
			A veces da uno en pensar que la 
			transmigración de las almas no sea una fantasía. Al escuchar la 
			música de Prieto, interpretada por Gregorio Azagra, en esos discos 
			que tendremos que declarar "Patrimonio de nuestra humanidad", uno 
			intuye oscuramente que algo misterioso late ahí que nos pone en 
			comunicación con el espíritu de Prieto. Vamos, que termina 
			uno creyendo que Azagra, en esos discos, sea Prieto redivivo. 
			Gregorio vino a Comillas el año 
			48. Procedía del Seminario de Tarazona, donde ya ejercía la función 
			de organista. Desde muy niño, cuando aún no llegaba bien a los 
			pedales del armonium de los Carmelitas de Tarazona, Gregorio tuvo en 
			el teclado un supremo medio de expresión personal y de comunicación 
			con los demás. Cuando él acompañaba al órgano, el "pueblo" 
			terminaba siguiendo dócilmente el tempo que él imprimía a los 
			cantos. Era su "ordeno y mando", su forma de comunicarse con emoción 
			y con autoridad. La familia Azagra, como la 
			de los Bach, fue una familia de superdotados para la música. Su tío, 
			don Juan Azagra, fue Maestro de Capilla del Pilar de Zaragoza. Su 
			padre, un intuitivo organista, con admirables aciertos armónicos en 
			su forma de acompañar. Su hermano Pepito, que también estuvo en 
			Comillas, y que murió muy joven, tenía uno de esos oídos llamados 
			"absolutos". Era capaz de reproducir inmediatamente sobre el 
			teclado cualquier cosa que Gregorio le dictara desde otro piano 
			distante, por abstruso que fuera el dictado.  Cuando Gregorio llegó a 
			Comillas, entró en una de las clases del Tránsito Blanco y se puso a 
			tocar en uno de aquellos incombustibles pianos. Prieto lo oyó desde 
			su cuarto, e inmediatamente bajó a ver quién tocaba con aquella 
			soltura. Desde aquel momento Gregorio quedó nombrado, sin más 
			trámite, primer organista de la Casa. Su trato con el maestro, sus 
			mutuas confidencias, sus interpretaciones a dos pianos públicas y 
			privadas, por puro disfrute estético, todo esto tal vez sea la razón 
			última de esa compenetración de espíritus de la que hablaba al 
			principio.  Cuando en tercero de 
			Teología Gregorio dejó Comillas, lo hizo, musicalmente hablando, por 
			la puerta grande. Prieto estaba ya de profesor en Roma. Gregorio se 
			hizo cargo de la Schola e hizo historia, siendo el primer 
			seminarista que dirigía el Concierto de Santa Cecilia. Fue un éxito 
			absoluto, que yo admiré con el mismo entusiasmo con el que, en 
			cuanto oía el motor del órgano, me subía al coro de la iglesia, para 
			pasarle la hoja y sacarle los registros, mientras él interpretaba 
			maravillosamente los Conciertos de órgano de Haendel. Rafael 
		   
		 Respuesta de Gregorio Azagra a la invitación 
		que le transmite Antonio Albarrán: 
		Queridísimo Antonio:  No puedes 
		imaginarte hasta qué punto me identifico con vuestra iniciativa. Los 
		comilleses, es un misterio, somos todos de naturaleza parecida. Mi 
		generación, la anterior, la siguiente todos somos entusiastas, 
		idealistas, románticos. Es evidente. Y una de las manifestaciones más 
		claras de esa esencia es nuestra música. 
		Como te dije, llevo años resucitando esa 
		música en la soledad de mis grabaciones digitales. Me han acompañado en 
		esa aventura tres personas fundamentales: José Bailo, Rafael Manero y 
		Natxo Zurbano. Tres testigos fundamentales de la época más creativa de 
		Prieto. Sus impulsos me han dado fuerza y seguridad en las 
		interpretaciones que estaba haciendo. Nunca está uno seguro de lo que 
		hace y menos en música. Por eso ha sido fantástico el apoyo de esos 
		amigos. 
		El otro día le comunicaba a Manero una 
		idea: Vuestra Asociación, nuestra Asociación, necesita conectar con todo 
		los comilleses esparcidos por España, que somos legión y, como te he 
		dicho antes, naturalezas entusiastas especiales. Estoy seguro que los 
		hariais felices y volverían a revivir una de las etapas más preciosas de 
		su vida. Lo que dices de "socios de honor"....¡Santo cielo!....me suena 
		muy rimbombante. Lo que, sin duda, me siento es un socio incondicional. 
		Y todo mi trabajo está a vuestra disposición. No te puedes imaginar la 
		alegría que me proporcionariais si mis discos fueran gozados y alabados 
		por vosotros. Como dicen mis nietos: "Esto sería lo más". 
		Un abrazo   
		José 
		Bailo Ramonde por Rafael Manero
		(9de noviembre de 2009) José llegó a 
		Comillas procedente del Seminario de Tarazona y, antes de hacer el 
		licenciado en Teología, cursó estudios de especialización en Humanidades 
		Clásicas. Creo que ese curso se llamaba "CEHUC" y a los que lo 
		cursaban,  siempre gente escogida, se les llamaba familiarmente 
		"cehucistas". Formaban parte de la Comunidad de Retórica, ya que se 
		trataba de la culminación de las Humanidades Clásicas. Llegó en el año 
		49. En el programa del Concierto de Santa Cecilia de ese año aparece ya 
		como tenor solista en las Bienaventuranzas de César Franck. Musicalmente 
		fue una revelación. Una voz cálida, extraordinariamente versátil, con 
		unos graves aterciopelados y un timbre agudo sin aristas muy dulce y muy 
		agradable. Podríamos decir que era un "tenor abaritonado". Esta es la 
		razón por la que, en sus múltiples intervenciones como solista, 
		aparezca en unas obras como tenor solista, en otras como barítono 
		solista, incluso en alguna (Trois beaux oiseaux du Paradis, de Ravel) 
		aparezca como bajo solista. Alumno muy inteligente y culto, con  
		brillantes dotes literarias, unía al "discreto encanto" de su 
		personalidad la característica de ser muy buen futbolista (delantero 
		centro en los partidos "internacionales" entre Comunidades). Las 
		inquietudes que más le han apasionado en la vida son la Filosofía (es 
		especialista en Ortega) y la acción política de oposición al Franquismo, 
		que le llevó a la cárcel y a padecer la represión de la Dictadura. 
		Actualmente, rodeado del maravilloso paisaje del Montseny y de la 
		compañía de su esposa Irene, se dedica a escribir sus reflexiones sobre 
		la época que le ha tocado vivir. Reflexiones que titula "Autobiografía 
		de una época". Un título de hondo calado, que nos anuncia un alejamiento 
		de todo intimismo anecdótico y nos sitúa frente a una obra de 
		pensamiento.  Rafael 
		Respuesta de José Bailo Ramonde a la invitación 
		que le transmite Rafael Manero: 
		Qué quieres que os diga, amigo Rafa, una 
		peticion de este calibre es cordialmente  insoslayable y no tiene otra 
		contestacion que la afirmativa .  Me agrada especialmente que la 
		peticion venga personalizada por   ti, como puedes comprender,   pero 
		contesto  a todos diciendo que me siento honradisimo de acompañaros 
		   en la “pequeña aventura”,    de  crear una  Asociacion de Amigos de 
		la Schola Cantorum de Comillas, de nuestra Schola,  que en cuanto la 
		conoci  la compartí toto coelo, como ya sabes . Te ruego  se lo  digas a 
		Antonio y demas promotores  a quienes   no tuve la suerte de conocer en 
		Comillas por diferencia de cursos, como dice Albarrán. El hecho de que 
		me unáis  a amigos tan cercanos como  Gregorio, Socobehere,  Goicoechea, 
		Muñoz, tú  y cómo no , Eizmendi tan presente es otro gran honor. Asi 
		pues consideradme  adherido a la Asociacion y dime si debo hacer otra 
		comunicación menos personal.   |  |