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Semana Santa de 1966
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PROGRAMAS DE
SEMANA SANTA, 1966 y 67
por
Rafael Manero Francés
"ENTRÉ EN MI CASA..."
En el ARCHIVO HISTÓRICO del blog han aparecido
los programas de Semana Santa de los años 66 y 67. La sensación que he tenido al
asomarme a sus páginas ha sido la del que, al cabo de un tiempo, vuelve a la que
fue su casa, y se siente zarandeado por un torbellino de emociones, recuerdos y
también sorpresas, novedades, cambios. El primer barrunto de que, en efecto, me
entraba por las puertas de mi casa, me lo han hecho sentir los caracteres de la
letra impresa: esos tipos con los que se configuraron antiguos programas,
confeccionados artesanalmente con cajetines y pinzas de tipógrafo, primero en
aquella pequeña sala del Tránsito blanco, ya junto al puente Miranda, y después
en aquel otro edificio, un tanto coqueto, de piedra y ladrillo, escondido entre
los árboles en la ladera de la Cardosa. Pasar las hojas en la pantalla del
ordenador ha sido como pasearse por antiguas estancias.
Una de las cosas que más me ha sorprendido es
la aparición de esos espacios musicales, independientes de toda acción
litúrgica, que tuvieron lugar los Miércoles Santo, a última hora de la tarde. En
esos espacios de contemplación y silencio fue donde Prieto interpretó las obras
maestras de la Polifonía religiosa, que ya no tenían cabida en las acciones
litúrgicas. Ahí es donde hemos vuelto a encontrar joyas que nos deslumbraron en
otro tiempo, músicas que nos conmovieron y que se quedaron clavadas "del alma en
el más profundo centro". Allí estaba Victoria con su estremecedor "O vos omnes";
y Goicoechea, con su "Christus" y su "Miserere", que volvió a sonar en ese
espacio de "Audición sagrada", después de que fuera arrumbado "por reformas"
allá por el año 56.Pero, aparte de estas sacudidas emocionales
que nos proporciona el recuerdo de esas obras, uno se queda asombrado por las
novedades que va descubriendo. ¡Cuánta obra nueva, sobre todo en la Semana Santa
del 67! Podríamos decir que todo el mobiliario que decora esas solemnes salas
que son el Triduo Sacro, ha sido totalmente renovado. Composiciones del P.
Prieto que uno desconoce por completo, cuando creía moverse con soltura por las
galerías su obra anterior. Graduales y Tractos para coro y pueblo, una Pasión
según San Juan a 4 y 6 v. mixtas., otra según San Mateo con coros a 2, 4, y 6
v.m. Procesionales de entrada, de Comunión, una Misa Pascual...¡Cuántas Misas
ha escrito el Maestro!: la Jubilar, la Dominicalis, la Nova, la Novissima y esta
"Misa Pascual" a 4 . m. asamblea y órgano. Y todavía, el Domingo de Ramos del
67, figura una "Misa de Pasión", también a 4 v. m. asamblea y órgano. Y un
"Creemos en un solo Dios" (un "Credo" que decíamos antes) de otra misa más,
titulada "Cantemus Domino", para asamblea a dos coros. Si de Otaño no conocemos
ni una sola Misa, uno queda abrumado por este despliegue de imaginación musical
de Prieto en torno a una acción litúrgica como la Celebración de la Eucaristía.
Que toda esa renovación se debió a una extraordinaria actividad creadora del
Maestro lo demuestra el dato de que en la Semana Santa del 67 constan hasta 24
obras suyas, cuando en el programa del año 51, por ejemplo, sólo se cantaron 14.
A los mayores nos quedan muchas cosas por conocer. Esperemos que el blog nos las
siga mostrando. |